Errores frecuentes
El entorno informático resulta novedoso para muchos docentes. Este ambiente provoca cierto desconcierto y muchas veces se cae en errores didácticos importantes simplemente porque es difícil acostumbrarse a analizar didácticamente estas propuestas cuando uno no está acostumbrado a la modalidad de trabajo. Veremos a continuación algunos errores frecuentes, para estar prevenidos y no cometer el mismo tipo de falla al momento de diseñar la propuesta de trabajo final. Demasiada información y poca guía: Arrastra los puntos del siguiente archivo de trabajo. Verás que el triángulo cambia de forma y los números se actualizan. Contesta las siguientes preguntas. 1) ¿Qué observas? 2) ¿Qué propiedad descubres? 3) Completa con tus palabras el enunciado de la siguiente propiedad: "En un triángulo rectángulo..." Esta propuesta tiene dos grandes grupos de errores: uno en las preguntas y otro en el archivo preparado. Las preguntas están redactadas desde las respuestas que el profesor pretende recibir, pero no resultan obvias ni orientadoras. La pregunta "¿qué observas?" puede ser respondida en forma correcta de variadísimas maneras, y ello no garantiza que el estudiante esté centrando su atención en los aspectos fundamentales del concepto que se pretende enseñar. En estos casos es preciso dirigir la mirada del alumno hacia un atributo específico, para que filtre los estímulos y se detenga solo en lo relevante. Lo mismo sucede con las otras preguntas, nada garantiza que el alumno razone de acuerdo con lo esperado. En cuanto al archivo, se proporciona demasiada información que, aunque esté correcta, resulta abrumadora para quien se acerca por primera vez al concepto. Tampoco da lugar a la conjetura, la duda o la exploración, porque ya está todo hecho y explícito. Debe recordarse que una buena actividad tiene que ser capaz de despertar el interés del alumno porque incluye objetos que le son familiares, pero no contar el final de la historia, para que el alumno pueda disfrutar del placer del descubrimiento personal, para que se dé interacción entre los participantes de un mismo equipo discutiendo la validez de una conjetura.
1) ¿Qué observas? 2) ¿Qué propiedad descubres? 3) Completa con tus palabras el enunciado de la siguiente propiedad: "En un triángulo rectángulo..." Esta propuesta tiene dos grandes grupos de errores: uno en las preguntas y otro en el archivo preparado. Las preguntas están redactadas desde las respuestas que el profesor pretende recibir, pero no resultan obvias ni orientadoras. La pregunta "¿qué observas?" puede ser respondida en forma correcta de variadísimas maneras, y ello no garantiza que el estudiante esté centrando su atención en los aspectos fundamentales del concepto que se pretende enseñar. En estos casos es preciso dirigir la mirada del alumno hacia un atributo específico, para que filtre los estímulos y se detenga solo en lo relevante. Lo mismo sucede con las otras preguntas, nada garantiza que el alumno razone de acuerdo con lo esperado. En cuanto al archivo, se proporciona demasiada información que, aunque esté correcta, resulta abrumadora para quien se acerca por primera vez al concepto. Tampoco da lugar a la conjetura, la duda o la exploración, porque ya está todo hecho y explícito. Debe recordarse que una buena actividad tiene que ser capaz de despertar el interés del alumno porque incluye objetos que le son familiares, pero no contar el final de la historia, para que el alumno pueda disfrutar del placer del descubrimiento personal, para que se dé interacción entre los participantes de un mismo equipo discutiendo la validez de una conjetura.